Enfermería geriátrica: Ese gran pilar, ahora cuestionado
Hoy 12 de Mayo, vuelve a ser el día internacional de la enfermería.
Este es un día merecido. Más aun, después de este caótico año lleno de urgencias y necesidades sanitarias. Hoy nadie duda de que las enfermeras tenemos un gran rol laboral y social. Hoy nadie duda de su gran servicio.
Es un gran día para celebrar, si no fuera porque algunas e esas enfermeras todavía tenemos que esforzarnos por justificar nuestra figura y nuestra labor. Para quien no caiga de quien hablo,… me refiero a las enfermeras especialistas en geriatría.
A estas alturas de la historia, la enfermera geriátrica no debería justificar ni demostrar cuál es su función ni su sitio pero desgraciadamente, todavía hay dudas y resistencias respecto a su figura y la importancia de su trabajo especialista.
¡Compañeras, hoy es nuestro día! Vamos a celebrar que nos sentimos formadas, capaces y competentes para estar acompañando de una forma profesional, fundada, consciente y eficaz a personas y familias en su proceso de envejecimiento.
Vamos a aplaudirnos por todos esos casos, equipos, servicios, residencias… etc. que hemos gestionado de manera eficiente. Vamos a alegrarnos por haber contribuido a que los años de vida, que ya son más, sean también de calidad. Vamos reafirmarnos, en que tenemos el enfoque ideal que nos permite percibir el envejecimiento sin distorsión y sin dejarnos guiar de estereotipos, vicios culturales o impresiones superficiales.
Vamos a felicitarnos, porque ofrecimos con nuestro trabajo, todo lo que necesitaban, esos pacientes que nos despidieron al alta con una sonrisa y por como acompañamos a otros, en el trance hasta el descanso eterno.
Cualquiera vale, ha sido una tónica general. Hemos tenido poca firmeza en nuestra identidad. Quizá, esto ha hecho que nos quedemos en la sombra.
Puede no verse por interés o por despiste, pero que la enfermería geriátrica es un gran pilar ya es un hecho. Debemos coger fuerza grupal, compartir nuestros conocimientos, seguir formándonos y nunca olvidar que nuestra esencia, nuestro enfoque, es el necesario para poder ver el envejecimiento en toda su amplitud y poder acompañar bien a las personas mayores y sus familias en sus asuntos de salud en esta etapa de la vida.
Nuestro discurso, así como la firmeza en la perspectiva que mantenemos respecto al envejecimiento y la persona mayor, nos distingue. Nuestro trabajo es profesional, centrado en la persona y las circunstancias que la rodean y afectan.
Miramos a cada persona como única y entendemos el envejecimiento como una etapa de la vida en la que hay diversidad dé perfiles, procesos y situaciones de vida.
La enfermera geriátrica no solo recuerda una titulación. Recuerda que está pendiente un cambio cultural y eso a veces resulta un tanto incómodo. Pero no importa porque estamos ya en ello. No necesitamos felicitaciones, simplemente necesitamos un entorno no hostil en el que podamos realizar bien nuestro trabajo. Por ultimo, solo decir, que es imprescindible sentirnos firmes en nuestra identidad, seguros en nuestro discurso, profesionales y eficientes en nuestro trabajo y hacernos visibles como grupo siempre que tengamos ocasión.
¡¡Felicidades compañeras enfermeras, felicidades a todas!!
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Todo nuestro apoyo para nuestras cuidadores y enfermeras que pelean por la salud y el bienestar de nuestros mayores. Sois las mejores.
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