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Modelo de atención centrada en la persona. Cuadernos prácticos. Cuaderno 11. Vida Cotidiana. Los Cuidados Personales

19 Junio 2015

Cuando cuidamos a una persona en situación de dependencia persona pasamos a formar parte de su vida cotidiana. Nos convertimos en su apoyo en muchas actividades que antes realizaba por sí misma, entrando, de lleno, en su intimidad.

Creamos un espacio relacional de gran delicadeza. Por ello, el modo en cómo prestamos los cuidados personales es determinante para que la persona se sienta bien, a pesar de precisar ayuda. No solo es importante realizar con corrección técnica cada tarea sino también prestar atención a cómo la persona se siente y saber cómo podemos fomentar la autonomía y la independencia en cada situación.

La atención centrada en la persona busca cuidados personales de calidad. potenciando la calidad de la vida el bienestar subjetivo y la opinión de la persona, pero sin dejar de lado también la calidad técnica de la atención.

Hay que cuidar potenciando la autonomía en el día a día. De facilitar que las personas tengan control sobre sus asuntos cotidianos. Lo conseguimos si damos oportunidades de elegir mientras apoyamos a la persona en sus actividades de la vida diaria.Si respetamos y hacemos posible esas elecciones. El profesional de referencia tiene un importante papel en todo esto. Porque es quien conoce bien a la persona. Quien permanece atento a sus necesidades. A las pequeñas cosas importantes que permiten que cada persona sienta que controla su espacio y su vida cotidiana.

Cuando cuidamos a personas en situación de dependencia, hay situaciones de la vida cotidiana que conllevan mayores riesgos, para ellas mismas o para otras personas. Es el caso de la libre deambulación en personas con riesgo de caída, o cuando quienes presentan deterioro cognitivo quieren salir solas fuera del centro. Tenemos que cuidar promoviendo la independencia, estimulando y apoyando que las personas realicen sus actividades cotidianas del modo más independiente posible. Procurando entornos accesibles y seguros.

La imagen externa da mucha información a los demás de cómo somos y cómo estamos. Por eso cuando ayudamos a otras personas en su arreglo personal es fundamental cuidar su aspecto. Lograr que su imagen externa responda al estilo y gusto propio. Porque según nos vemos, nos sentimos. Y reconocerse, verse con buen aspecto…¡siempre anima!

La pérdida de capacidades habitualmente genera sufrimiento en las personas que las padecen. Son momentos muy importantes para saber “estar ahí” y demostrar nuestra profesionalidad. Escuchar; buscar apoyos que compensen la pérdida; apoyar y estimular y dar tiempo a la persona para que se adapte a la nueva situación suelen ser estrategias que ayudan a ajustarse a la nueva situación.

Cuando cuidamos a personas accedemos a informaciones de carácter muy privado. No solo a datos sino a muchas informaciones dadas verbalmente de carácter personal. Y que, por tanto, son confidenciales. La confidencialidad para las personas es un derecho. Para los profesionales este derecho se convierte en una obligación: la de secreto profesional. Nuestra condición de profesionales nos obliga a respetar la confidencialidad sobre los asuntos privados de las personas. Lo que nos cuentan o lo que sabemos por razón de nuestro trabajo no puede ser relatado a otras personas que no forman parte del círculo de confidencialidad.

Hemos de ser prudentes y conducirnos desde la discreción y sobre el respeto a las personas que cuidamos.

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