Historia de una Caja
Sabemos que no somos llamativas ni espectaculares, es más, bastante tristes, de color pardo y algo toscas ¡vamos, que no somos cajas de diseño!
Nuestra misión termina cuando llegamos a nuestro destino, sacan las mercancías que contenemos y con suerte nos depositan en el contenedor azul.
Hasta aquí es nuestra vida…
…nos dejan en un cuarto y poco a poco nos van vaciando.
Un día me tocó a mí y a otras compañeras que nos vaciaran, pero cuál fue nuestra sorpresa al ver que no nos llevaban al contenedor sino a una habitación.
Allí unas personas comenzaron a abrirnos…
…a pegarnos…
…a doblarnos…
…a pintarnos…
…a decorarnos…
Nos veíamos unas a otras cómo íbamos cambiando…
…y nos veíamos distintas
¡Nada que ver con lo que éramos!
Ahora teníamos formas diferentes ¡éramos casas!
Casas con puertas y ventanas
Con cristales y cortinas…
…¡y hasta granero!
Todas juntas formamos un pueblo ¡incluso una de nosotras se convirtió en un establo!
Oímos comentar que todas íbamos a formar parte de un Belén.
Y así fue… ¡quién podría imaginar que nos mirarían con agrado y despertaríamos una sonrisa! ¡quién podría imaginar que tendríamos una segunda oportunidad!
Y esta es nuestra historia y nuestro deseo!
Autores: Todo el equipo y las personas que vivimos en el Centro Julian Rezola