• El sábado 15 de junio se celebra este día que promueve la reflexión y el compromiso de la ciudadanía para erradicar conductas y situaciones intolerables, perpetradas contra personas en situación de fragilidad y dependencia
• Entre los retos, promover un cambio cultural hacia un modelo de relación centrado en la persona y promover la cultura del buen trato
• Junto a este mensaje, Matia Fundazioa presenta un vídeo en el que se muestra las situaciones de no buen trato con las que en ocasiones conviven las personas mayores
Los sucesos acaecidos a lo largo de este año son una muestra de los graves problemas de atención y trato en algunos centros residenciales para personas mayores en situación de dependencia. Ante estos hechos la conmemoración del día 15 cobra especial relevancia, en tanto que ayuda a dar visibilidad y crear conciencia sobre esta problemática muchas veces oculta y cada vez más presente en nuestra sociedad. Una realidad que genera un profundo malestar y desconfianza en nuestro entorno sobre el funcionamiento de los sistemas de atención dirigidos a la población mayor más vulnerable, y que siembra un sentimiento de decepción e impotencia entre las personas afectadas, sus familias, expertos y profesionales que observan escasos avances para que la defensa de los derechos humanos básicos sea preservada.
Un vídeo para visibilizar las situaciones de desamparo y abandono.
Sirva de ejemplo este vídeo que presentamos hoy titulado “Parking”, en el que se recrea una situación que se produce en los centros con relativa frecuencia, mostrando el desamparo y posible abandono en que se encuentran muchas personas que viven en este tipo de recursos asistenciales. Es la viva imagen de la soledad social, cuando la persona se siente aislada viviendo rodeada de otras personas. Imaginemos a Ana, 85 años y un deterioro cognitivo grave, ocho horas sentada en una silla, sin hablar con nadie, frente a un televisor o mirando una pared, con personas que pasan a su lado sin prestarla demasiada atención, que mientras la “acompañan” van mirando el móvil. Hablan de ella, delante de ella, pero sin ella. En el fondo la creencia generalizada del “no se entera”, solo es un cuerpo… Si vemos a las personas como muebles, lógicamente las trataremos como muebles.
Estas situaciones se producen también en los entornos domésticos, con matizaciones y contextos cotidianos diferentes: cuidadoras familiares o profesionales excesivamente cansadas, presionadas, con sentimientos de aislamiento y abandono frecuentes, falta de conocimiento sobre los cuidados que deben realizar, ambientes carenciales de todo tipo, barreras arquitectónicas que dificultan o impiden el cuidado y un sinfín de circunstancias que promueven un trato seguramente no deseado por las mismas personas que lo realizan y que se perciben culpables y cautivas de una perversa espiral de la que a veces es muy difícil salir.
Son los poderes públicos en primer lugar los que pueden y deben asegurar unas condiciones adecuadas para el cuidado que garanticen la seguridad y el bienestar de todas las personas implicadas en este proceso. Entre ellas, unas condiciones laborales dignas y un modelo de producción que haga posible conciliar la vida laboral y familiar.
El mundo de la vejez, circunscrito en este caso a personas muy mayores en su mayoría y que necesitan ayuda en su vida cotidiana, necesita afrontar de una vez por todas ese deseado cambio cultural que sitúa en el lugar que le corresponde la dignidad de estas personas, su proyecto de vida, sus deseos y preferencias y su seguridad. Para avanzar en este proceso reivindicamos la importancia de trabajar desde la perspectiva del buen trato, de la mejora de nuestro acercamiento cotidiano, profesional y personal a personas que sufren.
Esta cultura del buen trato puede inspirar y dirigir acciones individuales de personalización permanente en el marco de un mundo de relaciones colectivas que se generan especialmente en centros residenciales. Sin duda es un proceso complejo, lento, que conlleva reflexión personal y colectiva de carácter ético, que requiere acompañamiento para avanzar en otra forma de acercarnos a personas con escasa capacidad de comunicación y decisión desde el respeto a la singularidad, a la historia personal y a su dignidad.
En definitiva, este cambio cultural hacia un modelo de relación centrado en las personas (mayores, familias, profesionales) requiere un sólido y decidido compromiso personal, social, ciudadano y público que nos ayude a eliminar esta gran lacra que debería avergonzarnos como sociedad. Y es que no se puede tolerar ni un día más la vulneración de los derechos básicos de las personas, cualquiera que sea su edad.
Dentro de este marco, en 2018 publicamos el vídeo “Lo mejor para ella” en la que representamos la necesidad de mantener la capacidad de decisión de las Personas Mayores y no decidir por ellos. Otra forma de no buen trato que se repite de manera continuada en nuestra sociedad.
Acerca del día mundial de la toma de conciencia contra el abuso y maltrato en la vejez
La Resolución aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 19 de diciembre de 2011 declara el 15 de junio como Día mundial de la toma de conciencia contra el abuso y maltrato en la vejez. Como en otras celebraciones de este tipo, se pretende promover la reflexión y el compromiso de la ciudadanía para erradicar conductas y situaciones intolerables como es esta, perpetrada contra personas en situación de fragilidad y dependencia sobre todo y en muchos casos con su capacidad de decisión muy reducida. Tal y como se señala desde Naciones Unidas, dos décadas después de la adopción del Plan de Acción Internacional de Madrid (MIPAA) queda mucho por avanzar en materia de acceso a la justicia y recursos legales, así como en servicios de prevención y protección para las víctimas mayores de delitos.
Matia Fundazioa es una fundación privada sin ánimo de lucro por el interés general con más de 130 años de experiencia. Es un referente en la atención a personas mayores en Guipúzcoa y en investigación en envejecimiento a nivel Nacional e Internacional. En 2002, decidió crear un instituto de investigación (Matia Instituto) que facilita la integración investigación/acción y la generación de conocimiento basado en la evidencia y en la práctica cotidiana. Trabajando los principios de la atención centrada en la persona, su propósito es acompañar a las personas en su proceso de envejecimiento para mejorar su bienestar, generando conocimiento y servicios personalizados que promuevan su autonomía y dignidad.