Sexualidad en la vejez. Rescatándola del olvido, convirtiéndola en un derecho.
Este 15 de junio, día de internacional de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez, desde Matia Fundazioa lanzamos la campaña “Los derechos sexuales no caducan”, para concienciar sobre las violencias que ejercemos al ignorar o rechazar la sexualidad de las personas mayores.
Esta campaña se sitúa en el marco del proyecto Heldu Sexua (ri), una iniciativa que pone el foco en la ausencia de acompañamiento a un aspecto vital, como es la sexualidad, en los espacios de cuidados. En este contexto, los centros residenciales de personas mayores participantes en el proyecto han identificado una necesidad común: crear acciones que amplíen el imaginario social relativo a la sexualidad en la vejez, y que contribuyan, no sólo a combatir prejuicios, sino también a brindarle la importancia que tiene.
En el contexto residencial, la práctica habitual de los equipos tiende a normalizar la falta de atención a aspectos relacionados con la sexualidad de las personas que viven en estos espacios, por considerarse algo frívolo, poco importante y sobre todo con fecha de caducidad. Únicamente parece cobrar algo de protagonismo en el momento en el que afloran situaciones problemáticas.
Pero la sexualidad es una parte fundamental de nuestras vidas. Poder vivir nuestra sexualidad libremente, además de ser un derecho y un aspecto clave en la salud, es también fuente de muchos de nuestros bienestares y placeres vitales.
Sin embargo, debido al tabú y los prejuicios sociales, esta dimensión de nuestra vida suele ser ignorada e incluso rechazada a medida que envejecemos o tenemos necesidades de apoyo. Como consecuencia de ello, es habitual que la sexualidad esté excluida de la mayoría de los análisis, acompañamientos e intervenciones que hacemos en los centros residenciales.
No obstante, para avanzar en la Atención Centrada en las Personas (ACP) y acompañar a las personas en sus vidas elegidas, y actividades y rutinas con sentido, es necesario que rescatemos la sexualidad del olvido y le demos el espacio que se merece.
Hablar de sexualidad es hablar de derechos humanos universales
Los derechos sexuales y reproductivos forman parte de los derechos humanos universales basados en la libertad, dignidad, igualdad y no discriminación. Además, dado que la salud se considera un derecho humano fundamental, por lógica, la salud sexual también debería serlo.
¿Y tú, apreciado lector? ¿Te has parado a pensar cuántas veces se vulneran estos derechos? ¿Cuál sería la razón? ¿Cómo crees que influye esa narrativa social cuajada de prejuicios sobre la sexualidad en esta etapa vital?. Piensa que hablamos de personas mayores, con necesidades de apoyo... y a esto cabría añadir otras dimensiones, como la de género, la orientación sexual,... todo un cóctel explosivo para la discriminación.
Así que, pese a que en un primer momento podamos pensar que esto no sucede, va a ser fácil encontrarnos multitud de ejemplos, identificados por los propios profesionales, que muestran como esta vulneración forma parte del día a día de estos espacios. Se me ocurren algunos, como...
- Recoger como incidencia el encontrar a una persona en su habitación masturbándose.
- Ofrecer oportunidades de forma sexista a quienes viven en el centro, como preguntar por el fútbol a los hombres, y si les gustaría ir a la peluquería a las mujeres.
- No realizar ninguna acción explícita de integración de la comunidad LGTBAQ+, creando entornos heteronormativos y promoviendo que las personas del colectivo que vayan a vivir a las residencias vuelvan al armario.
- Comunicar a las familias las nuevas relaciones que se crean en el centro.
- En la detección de necesidad de apoyo, nunca incorporar los apoyos vinculados con la sexualidad.
- Ante dilemas éticos para las profesionales vinculados con la sexualidad, tomar decisiones drásticas y unilaterales, sin realizar deliberaciones éticas profundas.
¿Reconocéis alguna de estas situaciones? ¿os vienen a la cabeza otras similares? Si la respuesta es que sí, es un gran primer paso para poder acompañar a la sexualidad, y es que ser capaces de identificar este punto ciego en nuestras rutinas contribuye a tener este aspecto más presente y a incorporarlo, paulatinamente, en nuestra mirada.
Obviamente con esto no basta, y es que, tal y como estamos comprobando en Heldu Sexua (ri), hacen falta muchas más cosas: incorporar la sexualidad en las reuniones de equipo, protocolos de prevención, detección y actuación ante la violencia machista, capacitar a los equipos, introducir el acompañamiento a la sexualidad desde la primera visita a un centro, etc.
Materiales de la campaña
De todas estas cosas y muchas más hemos conversado con expertos como Feliciano Villar y Josep Faba, de la Universidad de Barcelona, y Miren Iturburu, compañera de Matia Instituto e integrante del comité de ética de Matia, en el primer podcast de Heldu Sexua-ri, con un episodio vinculado a esta campaña, y en el que hablamos sobre los principales retos que nos encontramos a la hora de incluir el acompañamiento a la sexualidad de las personas mayores que viven en entornos residenciales, así como de aspectos clave para poder realizarlo.
Además, en esta campaña hemos sacado en redes sociales el hashtag #SexualidadUnDerechoSinCaducidad, junto con diferentes imágenes con frases vinculadas con el tema, para potenciar la toma de conciencia. Puedes descargarlas aquí.
Os invitamos a compartirlas en redes, y a sumaros con vuestras propias reflexiones y experiencias sobre un tema que debemos rescatar del olvido para convertirlo en un derecho.
Comentarios
Todos tenemos derecho a poder tener nuestros espacios de sexsualidad
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