Carta de una enfermera a la COVID19
Me llamo Jaione, soy enfermera especialista en geriatría en Matia Fundazioa. Acompaño, desde hace años, a las personas mayores en sus diversos asuntos de salud.
Has llegado desde lejos, casi sin aviso. No ha habido distancias para ti. Has crecido y viajado poniendo a toda la sociedad en jaque. Has conseguido casi parar el mundo, cerrar fronteras y aislar a miles de personas.
Has causado estragos por dónde has pasado. Son muchas las personas que sin verte, te han padecido. Pero en concreto, te has ensañado con un grupo, las personas mayores. Personas de edad, con heridas crónicas y cicatrices de batallas pasadas, te has visto cómodo con ellos. Así, has conseguido separar temporal o definitivamente a muchas personas y familias y te has llevado por delante muchas historias.
No te esperábamos. Nos sorprendiste. Nos sentimos desconcertados frente a ti. Pero al ver la necesidad, no nos quedamos paradas y nos metimos de cabeza y voluntariamente a hacer lo que mejor se nos da. Acompañar a las personas mayores y sus familias.
Nos organizamos. Nos equipamos y aprendimos nuevos protocolos y formas de trabajo. Metimos nuestro miedo en el bolsillo y comenzamos a trabajar en una nueva planta estanca, creada exclusivamente para esta circunstancia sanitaria.
Ha sido mucho el esfuerzo físico y psicológico realizado: la dificultad en el trabajo con los equipos de protección individual, la variabilidad de los protocolos casi a diario, el bombardeo de información, la presión social, la vuelta a casa con nuestras familias cada día…
Déjame decirte, Covid, que independientemente de las dudas, de los días malos, del cansancio y de las circunstancias personales de cada uno, que no siempre eran buenas, frente al paciente y resto del equipo hemos dado cada día lo mejor de nosotras, como profesionales y como personas. Porque ante la adversidad hemos crecido.
Sin perder nuestra esencia, nuestro enfoque geriátrico, hemos estado en la curación y rehabilitación de los que iban a seguir y hemos puesto nuestro empeño en el confort del que se despedía para siempre.
En un reto como el que has causado, Covid 19, no ha habido ganadores, pero podemos decir que las personas mayores han luchado como campeonas.
Hoy me siento orgullosa de mi formación y experiencia en geriatría, así como de haber formado parte de un equipo sanitario tan profesional como el del Hospital Bermingham de Matia Fundazioa.
Por último, solo decir, que de esta experiencia a parte de la vivencia, me llevo: la profesionalidad, humanidad y compañerismo, las sonrisas de las familias y pacientes en las video llamadas, las ganas de salir, vivir y disfrutar de nuestros pacientes, las ganas de saber que no están solos y les esperan fuera y por último, por qué no… los aplausos en el pasillo al ser recorrido al alta.
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