Haciendo frente a la crisis de desconexión social: un manifiesto
Desde Reino Unido aterriza un nuevo manifiesto con recomendaciones para que el próximo gobierno de ese país fomente la conexión social. Os invito a conocer algunas pinceladas de esta propuesta.
A principios de este año, la figura del Cirujano General de EE.UU. destacaba la influencia de la desconexión social en la salud y el bienestar de la ciudadanía. A esta declaración se unían en octubre los resultados de una encuesta realizada en 142 países, según la cual una cuarta parte de la población mundial -más de mil millones de personas- declaraba sentirse sola, datos que vendrían a resaltar el carácter global de un fenómeno, que afecta no sólo a nuestros dos países, España y el Reino Unido, sino a todos los rincones del mundo.
De manera preocupante, en el Reino Unido la soledad sigue en aumento. En la actualidad hay medio millón de personas más en situación de soledad crónica que antes de la pandemia del Covid-19, lo que afecta tanto a los jóvenes como a las personas mayores.
Personas de distintas procedencias y generaciones viven cada vez más separadas. Y todo ello después de que las comunidades locales se unieran con tanta fuerza durante la pandemia.
Lo que ha quedado muy claro es que las conexiones sociales sólidas no son tan solo un buen complemento, sino que son algo fundamental para nuestra salud. Algunos estudios señalan cómo la falta de conexión social puede ser tan perjudicial como fumar 15 cigarrillos al día, así como aumentar la probabilidad de accidentes cerebrovasculares, infartos de miocardio, y otras patologías como la ansiedad, la depresión o la demencia.
La desconexión social no sólo es una crisis de salud pública, sino también política. La democracia se debilita cuando disminuyen los niveles de cohesión social y empatía entre los distintos grupos.
Aunque existe una creciente crisis de desconexión social, Reino Unido ha mostrado liderazgo en este tema. En 2018, la entonces primera ministra, Theresa May, nombraba al primer ministro del mundo para la soledad dentro de su gobierno. A aquello le siguió la publicación de una estrategia dedicada a la soledad. La estrategia reconoció que abordar la soledad requiere que cada departamento gubernamental tome medidas, ya sea en materia de vivienda, transporte o educación, y ofreció financiación a las entidades locales.
Pero está claro que hay que hacer más. Por eso, desde “The Cares Family”, una organización benéfica nacional que reunía, hasta comienzos de noviembre, a personas mayores y jóvenes, publicamos en julio "Building Connection: Un manifiesto", en el que se formulan recomendaciones clave sobre lo que puede hacer el próximo gobierno del Reino Unido para crear un país más conectado. Con las próximas elecciones previstas para enero de 2025, ahora es un momento clave para defender nuestros argumentos.
En primer lugar, recomendamos el lanzamiento de una nueva “Estrategia de Soledad y Conexión Social” para dar un nuevo enfoque a este fenómeno. La financiación y la importancia concedidas a la soledad desde la estrategia de 2018 han disminuido, y la pandemia ha dado una nueva urgencia al problema.
En segundo lugar, vinculado a esta estrategia debería estar el nombramiento de un ministro dedicado a la soledad y la conexión social, cuyas principales responsabilidades estarían relacionadas con favorecer la creación de conexiones significativas entre personas de diferentes orígenes y generaciones. La conexión social no puede seguir siendo una ocurrencia tardía.
En tercer lugar, hay que hacer más para compartir ideas y pruebas sobre lo que funciona a la hora de crear conexiones, para desarrollar nuevas investigaciones y herramientas, y para apoyar a los líderes comunitarios que reúnen a la gente en sus zonas. Recomendamos la creación de un nuevo Centro de Conexión Social para alcanzar estos objetivos.
Es importante prestar atención a la procedencia de los fondos para impulsar esta conexión social. Cada vez hay más pruebas de que las redes sociales tienen un impacto negativo en la conexión y la soledad. En relación a esto, un estudio ha descubierto que las personas que limitan su uso a 30 minutos al día presentan reducciones significativas de la soledad y la depresión en comparación con las que no lo hacen. El manifiesto recomienda un gravamen adicional del 0,5% sobre los beneficios de las empresas de redes sociales para ayudar a financiar programas que reúnan a las personas para conectar cara a cara.
Por último, dar más poder a las comunidades locales ayudaría enormemente a unir a la gente. Dado que el Reino Unido es uno de los países más centralizados de Europa, el Partido Laborista ha manifestado su intención de restar más poder al gobierno central. Se ha comprometido a crear un "derecho de compra comunitario" que daría a las comunidades la oportunidad de hacerse con el control de pubs, edificios históricos, clubes de fútbol y otros lugares en mal estado o en venta. La campaña We're Right Here ("Estamos aquí"), que The Cares Family estaba ayudando a liderar, pretende ir más allá a través de una Ley de Poder Comunitario.
Así pues, aunque los nuevos datos muestran que la soledad y la conexión social son una crisis mundial, hay medidas que podemos tomar para abordar este problema urgente. La forma en que cada país lo haga dependerá, por supuesto, del contexto local, de los programas ya existentes para reforzar la conexión y de cómo funcionen los distintos niveles de gobierno nacional y local. Las recomendaciones del manifiesto de The Cares Family no tienen por qué trasladarse directamente a España o a otros países, pero lo que esperamos es que muestren que hay pasos claros que el gobierno del Reino Unido puede dar para hacer frente a la crisis de desconexión social - y que todos los gobiernos pueden mostrar liderazgo nacional en este tema urgente.
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