- Afundación invita a entidades sociales a sumarse al programa «Conociendo las emociones», dirigido a mayores
- El proyecto demuestra que formarse para adquirir competencias emocionales mejora el bienestar de las personas mayores
- Ha sido codiseñado con socias y socios de los espazos+60 de Afundación y en colaboración con Matia Instituto, entidad dedicada desde hace más de 20 años a la investigación gerontológica
Entidades sociales de distintas localidades gallegas, principalmente vinculadas al ámbito del envejecimiento activo, participaron hoy en la jornada «Herramientas para el bienestar a lo largo de la vida. Conociendo las emociones». Convocada por Afundación, la Obra Social de ABANCA, abordó la importancia de desarrollar recursos psicológicos para la gestión emocional con el fin de favorecer un buen envejecimiento. En este sentido Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación, que es también catedrático emérito en Psicología de la Universidad de Texas, en Austin, subrayó durante la inauguración que «tan importante como el aspecto físico y cognitivo es el cuidado de las emociones, un ámbito que parece no tener un lugar propio en los programas de envejecimiento activo. ‘Conociendo las emociones’ es una propuesta innovadora – añadió –, testeada e implementada en sus tres ediciones, que hoy queremos compartir con otras entidades sociales».
Adquirir competencias emocionales, también después de haber cumplido más de 60 años, es una herramienta de extraordinaria utilidad para la mejora del bienestar. Así se desprende de la investigación de los resultados del proyecto «Conociendo las emociones», de Afundación, desarrollado en colaboración con Matia, instituto gerontológico de referencia en España en la materia y con más de 20 años de trayectoria, que se presentaron durante la jornada de hoy. Con la evidencia empírica de su impacto positivo, el encuentro sirvió para compartir estos aprendizajes y metodología con distintas entidades, principalmente las vinculadas a la promoción de un envejecimiento activo y saludable. La Obra Social de ABANCA invita, asimismo a incorporar este programa en sus organizaciones, con el acompañamiento de los profesionales de la entidad.
La investigadora de Matia Instituto y coautora del programa, Sara Marsillas, y el investigador de Afundación, Xosé Lois Liñares, señalaron que «las personas participantes proceden de una generación en la que la atención a lo emocional quedaba diluida por la necesidad inmediata de lo material durante períodos críticos para el bienestar físico. Es ahora, cuando ese aspecto ya está cubierto, cuando pueden, finalmente, atender a sus emociones».
Por su parte el catedrático de Psicología de la Universidad Rey Juan Carlos y vicepresidente de Gerontología de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Andrés Losada puso de relieve que «las personas mayores informan de media de más experiencias positivas que los jóvenes, a pesar de las pérdidas asociadas al envejecimiento. Si se encuentran mejor que las nuevas generaciones, entonces es que ocurre algo que les ayuda a sentirse así de bien, lo que refleja una mejor regulación de las emociones. ¿Cómo influyen las emociones en cómo nos sentimos y nos comportamos? Según evolucionamos en la vida, nos vamos dando cuenta de lo que es realmente importante. Según envejecemos, le vamos dedicando más tiempo a lo que es importante, por lo que reducimos el tiempo que le dedicamos a cosas que no nos gustan».
Finalmente las distintas personas facilitadoras del programa, Mercedes Garnelo Preciado, Laura Gómez Lorenzo y Ana Doval, del equipo de Afundación, y Maxi Rodríguez (AFAGA), María Solla (AFAPO) y Jennifer Souto incidieron los beneficios del programa para la toma de conciencia y comprensión. A partir del trabajo de la sesiones las personas participantes ponen atención a cómo actúan, cómo se hablan a sí mismas, sus sentido de responsabilidad y cómo abordan situaciones potencialmente incomodas. Para ello, se embarcan en un camino de aprender y desaprender, de identificación de creencias limitantes, de experimentación nuevos modos de pensar, y de establecimiento de rutinas gratificantes.
Prevenir y reparar
Los resultados del proyecto, testado entre las 71 personas que participaron en su primera edición, indican que la formación para la mejora de las competencias emocionales es un instrumento útil que, desde la prevención, contribuye tanto a preservar un buen estado de bienestar psicológico como a mejorarlo cuando se parte de un estado menos óptimo. Así se desprende de la valoración realizada con cada participante antes y después del desarrollo del programa.
El trabajo desarrollado durante el programa acercó a las personas participantes herramientas para mejorar la gestión emocional. La medición de resultados empleando la Escala de Bienestar psicológico de Ryff y la Trait Meta Mood Scale-24, que permite valorar los avances en esta materia, indica que el 86 % de las personas participantes obtuvo resultados positivos y 2 de cada 3, un 69 %, mejoró su bienestar.