Comidas con sentido

Es evidente que Europa, España y el País Vasco envejecen rápidamente. A principios del siglo XX unos pocos llegaban a cumplir 80 años, mientras que en los últimos años la esperanza de vida se ha alargado enormemente. 

Muchas personas mayores acuden a una residencia cuando pierden su autonomía o su salud, y no pueden vivir por sí mismos o con sus familiares. La calidad de vida de los últimos años de vida está condicionada por su situación personal. Sin embargo, las actitudes positivas influyen para garantizar y mejorar ese bienestar que tanto precisamos.

Las ganas de vivir, la ilusión, la cercanía de la familia, son imprescindibles, al igual que la oportunidad de disfrutar de un nivel de actividad ilusionante, acorde a los intereses y capacidades de cada persona.

El placer gastronómico es de uno de los placeres que conservamos hasta el final. Todos comemos tres o cuatro veces al día, ocasiones de disfrute o de padecimiento. Sin duda, es totalmente diferente acercarse al comedor contentos o preocupados por la comida esperada. ¿Qué nos vamos a encontrar en el plato?

A las personas mayores les suelen encantar los platos de cuchara (sopas, cremas, legumbres, etc.). Muchas de ellas son fervientes seguidores de la cocina tradicional y prefieren las recetas que se han conservado durante siglos en nuestras cocinas. No les gustan las espumas y las técnicas que disfrazan la comida.

Es responsabilidad de las instituciones y residencias alimentarles con salud y mimo. En relación a esto, tiene mucha importancia que la alimentación sea sana pero también sabrosa. Como ahora sabemos, a medida que se cumplen los años vamos perdiendo la sensación de tener sed o tener hambre. Fomentemos ambas sensaciones con comidas variadas y gustosas.

A la hora de diseñar el menú de todo el mes hay que tener en cuenta muchos aspectos: las necesidades de cada persona en cuanto a salud, el equilibrio dietético, la gastronomía o el placer, los productos de temporada (los mejores y los más baratos en ese momento), las diferentes formas de cocinar (teniendo en cuenta número de comensales, transporte, tiempo de espera).

En nuestros caseríos, en los mares, en los bosques hay una gran cantidad de alimentos deliciosos para preparar una gran variedad de menús a gusto de todas y todos.

Hace dos años que tenemos a nuestra madre en Lamourous, y durante ese tiempo ella nos ha dicho (a los familiares) que disfruta mucho con lo que le sirven en la mesa. Muy buena noticia para nosotros. Por el COVID-19 no lo pudimos comprobar durante un tiempo. A partir de septiembre de 2022 hemos tenido la oportunidad, muchas veces, de disfrutar de la comida que comen los residentes. Las mismas comidas que hacemos en nuestras familias, cocinadas con cariño. Una excelente ocasión para compartir juntos una buena comida los fines de semana.

¡Muchas gracias!

Fdo. Juan Manuel Garmendia