Farmacéuticos: transformando la salud global, también en tiempos de pandemia
El año 2020 no lo olvidaremos fácilmente. El Servicio de Farmacia de Matia Fundazioa tampoco lo hará. Nadie nos había enseñado a abordar una pandemia y llegó a la comunidad avisando tímidamente pero enseguida de forma contundente. Y nos pusimos en marcha…
Allá por febrero empezamos a buscar EPIs, material que no es habitual en nuestro servicio. En aquel momento, debido a la escasez, encontrarlos era como dar con un artículo de lujo. Este fue el primer problema al que hicimos frente. Las cantidades que conseguíamos no lograban abastecer las necesidades de protección de los trabajadores de modo que algunos hubo que realizarlos manualmente utilizando materiales que nunca hubiésemos imaginado. Profesionales de la casa cuya labor permanecía en suspenso por el estado de emergencia se prestaron a colaborar en la “fabricación” de estos equipos. Tenerlas en el servicio fue maravilloso por la alegría que traían incluso con la dureza física de este nuevo trabajo que realizaban.
Cuando comenzaron a llegar EPIS empezamos a ver falsificaciones de los mismos. Esto nos obligó a aprender rápidamente a reconocer productos falsificados y a validar los que eran adecuados. Las altas necesidades de estos materiales nos han obligado a buscar nuevos lugares de almacenamiento ya que el Servicio de Farmacia se nos quedaba pequeño.
Es también de agradecer el esfuerzo y preocupación demostrada por las instituciones públicas porque estuviéramos abastecidos.
Coincidiendo en el tiempo empezaron los desabastecimientos de medicamentos, tuvimos la suerte de no sufrirlos, aunque trajeron quebraderos de cabeza en momentos que ya eran muy estresantes. Mientras tanto surgían los primeros positivos en los centros residenciales, entre trabajadores y había que preparar el hospital para los ingresos.
Los lunes no eran lunes habituales, los domingos no eran domingos. Todos los días leíamos y recibíamos indicaciones cambiantes de las instituciones y nueva bibliografía, en ocasiones clarificadora, en otras, discordante.
Sin embargo, los momentos duros se han visto recompensados porque los compañeros y profesionales de la casa se han sentido protegidos. Oírselo decir ha sido gratificante. Y aún así, esto no ha acabado. Y seguiremos poniendo todo el empeño por nuestra parte para seguir haciéndolo lo mejor posible. Y para seguir aprendiendo.
El papel de los farmacéuticos, como vemos, ha cobrado – si cabe – mayor relevancia en esta época de pandemia, pues han sido un apoyo fundamenta para ayudar a la sociedad de manera global, mediante la educación sanitaria y garantizando el acceso a medicamentos.
Hoy 25 de septiembre se celebra el Día Mundial del Farmacéutico, un día para reconocer y felicitar a esta profesión, pero también quiero en esta ocasión acordarme también especialmente de las auxiliares del servicio que han demostrado profesionalidad y saber hacer. Zorionak eta eskerrik asko.
Añadir nuevo comentario