Hipertensión Arterial y fractura de cadera, historia de unas “amistades peligrosas”
Ya es conocido que el iniciar un tratamiento hipotensor en los ancianos, constituye un factor de riesgo de caídas, sin embargo no se conoce bien la relación que puede tener con la presencia de fracturas de cadera.
En este estudio poblacional (*), con un diseño longitudinal retrospectivo en donde se seleccionan los casos de una base de datos farmacológica en Canadá, a pacientes ancianos con nuevos tratamientos hipotensores, registrando como variable principal la aparición de una fractura femoral en los primeros 45 días, a lo largo de una década (del 2000 al 2009).
El tamaño muestral alcanzado es de 301.591 personas, analizando 1463 fracturas de cadera, observando que aquellos que inician tratamiento hipotensor incrementan en un 43% el riesgo de fractura femoral, principalmente los IECA y betabloqueantes, manteniendo el riesgo a pesar de la retirada de psicofármacos. La tasa de incidencia de fractura es de 1.43 (IC95% 1.19-1.72), siendo el riesgo mayor los días del 15 al 44.
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La caída es el factor etiológico principal de las fracturas femorales en más de un 90% de los casos, influyendo la hipotensión ortostática en su mecanismo de producción.
En otro estudio (**) que analiza el riesgo de caídas las primeras tres semanas tras inicio de tratamiento hipotensor, se aprecia que es mayor con diuréticos tiazidicos y betabloqueantes, no tanto con IECA, ARA II ni calcioantagonistas, siendo coincidentes los betabloqueantes en ambos estudios.
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Las conclusiones que se pueden sacar de este estudio son varias, por un lado el inicio de un tratamiento farmacológico hipotensor debe ir acompañado de un plan de intervención multifactorial en prevención de caídas, detectando precozmente la posible hipotensión ortostática, educando a los pacientes en la forma de detectar y prevenirla. En la selección de medicamentos hipotensores en el anciano se debe tener en consideración las comorbilidades, nivel funcional previo y la relación de los diferentes mecanismos con caídas y especialmente con fracturas femorales. Paradójicamente los IECA y betabloqueantes, principales intervenciones junto a la antiagregación en el manejo de la cardiopatía isquémica e insuficiencia cardiaca, son los más relacionados con las fracturas.
Debe equilibrarse la necesidad de un adecuado control de la tensión arterial, que está claramente demostrado que reduce la incidencia de eventos cardiovasculares en un período de 5 a 10 años, con el riesgo a corto plazo de producirse una fractura de cadera en el anciano, cuya gravedad y nivel de discapacidad puede ser superior al de un infarto agudo de miocardio.
“La ignorancia afirma o niega rotundamente; la ciencia duda.” Voltaire (1694-1778)
(*) Butt D, Mamdani M, Austin P et al.The Risk of Hip Fracture After Initiating Antihypertensive Drugs in the Elderly. Arch Intern Med. 2012;172(22):1739-1744.
(**) Gribbin J, Hubbard R, Gladman J, Smith C, Lewis S. Risk of falls associated with antihypertensive medication: self-controlled case series. Pharmacoepidemiol Drug Saf. 2011;20(8):879-884.