Farmacia Lagunkoia: Potenciando el rol de prevención comunitaria de las farmacias junto con la comunidad
Farmacia Lagunkoia es un programa que nace en el marco del proyecto: Euskadi Lagunkoia. Se trata de una iniciativa promovida por el Departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico y puesta en marcha por Matia Instituto. Tiene como objetivo principal incentivar la participación de las personas mayores y de la ciudadanía en general para la mejora de barrios y entornos en los municipios de Euskadi.
Dentro de la diversidad de dimensiones que se trabajan en el ámbito de la amigabilidad, aquellas relacionadas con los servicios aglutinan una combinación de aspectos cuya mejora genera un impacto en el bienestar de las personas que envejecen. Tal es el caso de las farmacias, que desempeñan un rol esencial en la vida cotidiana de las personas mayores. Farmacia Lagunkoia surge como una respuesta a la necesidad de fortalecer el papel comunitario de las farmacias, convirtiéndolas en espacios no solo de atención farmacéutica, sino también de apoyo social y detección temprana de necesidades en colaboración con otros agentes tanto los servicios sociales o de salud, como los recursos comunitarios.
A través de este programa, las farmacias desarrollan su potencial como recurso clave para identificar necesidades/problemas de las personas mayores, por ejemplo, situaciones de soledades, que se ha convertido en un fenómeno que recibe creciente atención social, propiciado por la acumulación de evidencia que señala el impacto que esta puede tener sobre el bienestar a través de diversas vías.
El objetivo de la iniciativa es integrar las farmacias en una red de apoyo más amplia, vinculándolas estrechamente con otros agentes: servicios sociales, centros de salud y otros agentes comunitarios, para mejorar la calidad de vida de las personas mayores en Euskadi.
El enfoque de Farmacia Lagunkoia: un proceso participativo para mejorar el entorno comunitario
La primera experiencia en torno a Farmacia Lagunkoia fue promovida entre 2015 y 2018 por el Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián y el Colegio de Farmacéuticos de Gipuzkoa.
El diseño del mencionado proceso, que contó con la colaboración de personas usuarias de farmacias, farmacéuticas y farmacéuticos de la localidad, profesionales sanitarios y de servicios sociales, y organizaciones de voluntariado, permitió indagar en las necesidades de las personas mayores y dio lugar a reflexiones enriquecedoras para lograr un servicio más alineado con ellas.
A partir de ahí, se hizo un análisis de los diferentes elementos que configuran el espacio de la farmacia y otros aspectos, profundizando en torno a las siguientes preguntas: - ¿Cómo es la farmacia a la que voy habitualmente? - ¿Cómo es mi relación con las personas profesionales que allí trabajan? - ¿Qué hace que una farmacia sea un espacio amigable con las personas mayores? ¿Qué tiene que tener? A partir del análisis se identificaron varios factores clave, como la accesibilidad física del establecimiento, la calidad de la relación entre las personas farmacéuticas y usuarias, y la capacidad de la farmacia para actuar como un punto de referencia en la comunidad.
El resultado fue la creación participativa de un conjunto de compromisos que las farmacias debían seguir para ser consideradas amigables. Estos compromisos incluían desde aspectos físicos, como la eliminación de barreras arquitectónicas, hasta cuestiones más sociales, como la promoción de una relación cercana y de confianza entre las personas farmacéuticas y las personas mayores.
Profundizando en las necesidades: Un estudio cualitativo y cuantitativo
Entre 2020 y 2021, con el fin de trasladar la iniciativa de Farmacias a toda Euskadi, Euskadi Lagunkoia en colaboración con el Consejo de Farmacéuticos del País Vasco puso en marcha un proceso de indagación a través un estudio cualitativo y cuantitativo con 38 farmacias de todo el territorio. Este estudio se centró en dos aspectos: el impacto de la pandemia de COVID-19 en la amigabilidad de las farmacias, y la forma en que estas interactúan con otros agentes locales según el tamaño de hábitat (rural o urbano). Los resultados obtenidos señalaron la necesidad de promover el papel comunitario de las farmacias desde la detección de potenciales problemas de las personas mayores. Por lo que el siguiente paso fue diseñar un programa piloto teniendo en cuenta el hábitat.
Hacia un enfoque práctico: Los pilotajes tres municipios, tres contextos diferentes
En 2023 se lanzaron una serie de pilotajes de Farmacia Lagunkoia en tres municipios, un municipio por cada territorio de Euskadi y de diversas características: Alegría-Dulantzi, municipio del territorio de Araba (típicamente rural, pequeño), Aretxabaleta, municipio del territorio de Gipuzkoa (rural, intermedio) y Barakaldo, municipio del territorio de Bizkaia – en el distrito de Cruces (urbano, intermedio-grande). Se trata de contextos muy distintos, donde las dinámicas sociales, las redes de apoyo comunitarias y la accesibilidad a los servicios son muy diversas.
La elección de estos municipios respondió por tanto a 2 aspectos principales:
- Las diferencias que se dan en la dicotomía rural/urbano, por ejemplo, las dinámicas que se dan en un espacio rural en torno a las redes informales de cuidados, que generan dinámicas de interdependencia dentro de la comunidad se desarrollan de un modo distinto a las de un espacio urbano.
- Alto grado de actividad del Grupo Promotor de amigabilidad y ayuntamiento: Un Grupo Promotor y ayuntamiento de la localidad implicado en la mejora de la amigabilidad, de su entorno físico, social y en los servicios supone un impulso de interés de la experiencia de Farmacia Lagunkoia.
Desde junio de 2023 a febrero de 2024 el pilotaje se ha llevado a cabo a través de un itinerario de sesiones participativas en el que se desarrollan las bases y modos de funcionamiento. Las acciones del pilotaje se han llevado a cabo acompañando a los tiempos y ritmos que siguen quienes participan de cada grupo de colaboración en cada localidad.
En cada una de las sesiones de Farmacia Lagunkoia, se van identificando acciones concretas que se pueden implementar tras finalizar cada sesión. De este modo, se va trabajando en una hoja de ruta que les permite definir de manera clara las tareas necesarias para desarrollar cada una de las acciones propuestas.
Este proceso hace que los pilotajes consistan en una serie de sesiones en las que se relacionan e interpelan diferentes agentes, que hasta ese momento no habían tenido la oportunidad de colaborar en estos aspectos, siempre con el foco orientado a explorar y definir el papel comunitario que las farmacias pueden desempeñar, a la par que se fomenta la cooperación entre los diferentes actores involucrados. Las sesiones incluyen un análisis detallado de las necesidades para las futuras acciones de intervención comunitaria, seguido de la identificación de las acciones específicas que respondan a esas necesidades. Además, se concretan compromisos por parte de las personas involucradas en el proceso.
Durante el proceso final, se profundiza en lo que ha significado la experiencia para las personas participantes, explorando tanto los logros alcanzados como los retos que han enfrentado a lo largo del proceso. Además, se lleva a cabo una puesta en común para definir cómo quieren continuar trabajando en el futuro. Este espacio permite compartir aprendizajes, identificar áreas de mejora y valorar colectivamente el impacto de la colaboración, fomentando un enfoque participativo.
A través de esta iniciativa, se fomenta una mayor coordinación entre estos actores, facilitando que las farmacias actúen como puntos de referencia para orientar a las personas mayores hacia los servicios que puedan necesitar. Para ello, se crea una Comisión de Trabajo por municipio (grupo de colaboración) que, de forma periódica, reflexiona y genera sinergias entre los diferentes agentes locales. En el marco de este grupo se identifican problemas de manera temprana y se desarrollan acciones conjuntas y de forma coordinada que aborden las necesidades de las personas mayores de manera integral.
Los perfiles que han participado en los pilotajes han sido: Las farmacias de cada localidad (profesionales de la farmacia) Grupo Promotor de amigabilidad del municipio adherido a la Red Lagunkoia (personas mayores protagonistas de la mejora de la amigabilidad de sus entornos), centro de salud (Osakidetza: personal médico y de enfermería comunitaria), ayuntamiento (servicios sociales, figura técnica de personas mayores) y otros perfiles como la figura técnica de prevención comunitaria y agencia de desarrollo municipal. La iniciativa muestra una apertura total a la participación de cualquier otro agente que quiera sumarse a la iniciativa.
Los resultados
Alegría Dulantzi (rural)
En este municipio rural, las redes de apoyo informales, como la familia y el vecindario, juegan un papel importante. Sin embargo, el acceso a los flujos de información acerca de las actividades comunitarias puede suponer un reto, que se produce de manera desigual en diferentes grupos poblacionales. Por ello, el pilotaje en este municipio se centró en mejorar el acceso de las personas mayores a los servicios sociales y en fomentar su participación en actividades comunitarias, aprovechando todo el potencial que las personas que trabajan en las farmacias tienen al conocer las preferencias de las personas que allí asisten con cierta frecuencia. En este tipo de entornos, el contexto de la farmacia se posiciona como un entorno de confianza y las personas que trabajan en ella, como figuras de referencia. Para proporcionar a las farmacias de la información a acercar y que pudieran seleccionar aquella relevante para orientar a cada persona, se propuso la idea de diseñar un cartel informativo a distribuir en farmacias y centros sociales, para que las personas mayores pudieran acceder fácilmente a los recursos disponibles en su municipio.
Además, se propuso la organización de talleres sobre el mantenimiento de botiquines caseros y la promoción de hábitos saludables, con un enfoque preventivo que buscaba no solo mejorar la salud física, sino también fomentar la creación de espacios de encuentro y socialización, tal como señalan estudios sobre envejecimiento activo y redes comunitarias.
Aretxabaleta (intermedio)
En este municipio de tamaño intermedio, el enfoque se centró en mejorar la comunicación entre las farmacias y los servicios sociales, ya que en las sesiones de trabajo previo se identificó que las farmacias, en muchos casos, desconocían los recursos disponibles para las personas mayores. Aunque estas suelen detectar diversas necesidades en estas personas, a menudo no disponen de un canal de comunicación ágil para informar de situaciones específicas. Por esta razón, se desarrolló un protocolo para facilitar esa conexión y asegurar que las necesidades detectadas puedan ser comunicadas de manera efectiva a los servicios adecuados. Además, se puso en valor el trabajo previo realizado por el Grupo Promotor de amigabilidad, quienes habían puesto en marcha talleres de diálogo que favorecían la interacción social entre las personas mayores y que de alguna manera abordaba dimensiones potencialmente vinculadas con las experiencias de soledad.
Fotografía tomada durante la sesión de trabajo del pilojate en Aretxabaleta
Durante el diseño de las acciones, se propuso que las farmacias participaran en las reuniones de la Red Mugiment en el País Vasco. Esta red, que colabora con diversos agentes locales como ayuntamientos, asociaciones, centros de salud y farmacias, para promover un estilo de vida activo y están repartidas por Euskadi. Al estar en contacto continuo con la comunidad, estas redes proporcionan una visión más completa y enriquecedora sobre la realidad y las necesidades de las personas inactivas, y pueden ser la base para organizar futuras acciones.
La idea de incorporar a las farmacias en estas reuniones fue una propuesta valiosa, ya que muchas veces desconocen los recursos y servicios disponibles para las personas mayores. Así, si una farmacia detecta a una persona mayor interesada en mejorar su forma física, puede ofrecerle la información adecuada para acceder a los servicios que ofrece la red, facilitando su integración en actividades que promuevan un estilo de vida más activo.
Barakaldo - Cruces (urbano)
En este entorno urbano, las dinámicas de soledad son más complejas, ya que, como señala Catherine Murray (2018), en las ciudades las redes sociales tienden a ser más fragmentadas y los apoyos informales son menos accesibles, algo que no sucedía en los otros dos pilotajes de tipo rural. En este contexto, el pilotaje se centró en mejorar la coordinación entre las farmacias y el Centro de Salud La Paz, estableciendo un protocolo de comunicación ágil para la resolución de incidencias urgentes y no urgentes.
Además, se ha propuesto la difusión de actividades culturales, deportivas y comunitarias y se han propuesto estrategias para visibilizar y difundirlas a través de la farmacia, y a la par, en el ámbito digital se ha creado un mapeo comunitario sobre los recursos que existen para las personas mayores. Estas acciones no solo mejoraron el acceso a servicios esenciales y actividades significativas, sino que también ayudaron a fortalecer la participación social mediante el nexo de unión de las farmacias.
Esto son sólo algunos ejemplos de acciones dentro de toda la diversidad que se pueden desarrollar. Conviene recordar que la soledad se trata de un fenómeno complejo, multidimensional y que requiere un abordaje integral.
Siguiendo el planteamiento de Jopling (2015) en cuanto a las dimensiones de las intervenciones cuyo objetivo consiste en mejorar las situaciones de soledad, resulta imprescindible considerar aspectos tan importantes como los puntos de contacto con las personas que podrían beneficiarse de ellas, por lo que, en este caso, las farmacias podrían convertirse en un punto de entrada clave para estas intervenciones y en esta línea se ha venido trabajando a lo largo de los pilotajes desarrollados en el marco del programa de Farmacia Lagunkoia.
Conclusiones
El desarrollo de cada uno de los pilotajes ha puesto de manifiesto el potencial de Farmacia Lagunkoia como un modelo de atención comunitaria que puede ser escalado a otros municipios de Euskadi. En la actualidad, se está trabajando en la evaluación de las tres experiencias y en el diseño de un plan de escalabilidad para expandir la iniciativa a otros municipios amigables adheridos a la Red, adaptando las intervenciones a las características y necesidades específicas de cada localidad.
A futuro se espera que Farmacia Lagunkoia esté presente en un mayor número de municipios, consolidándose como una herramienta fundamental de prevención comunitaria. A medida que la población envejece, iniciativas como esta se vuelven cada vez más necesarias para asegurar que las personas mayores puedan vivir de forma saludable, activa y conectada con los servicios y recursos de su comunidad.
Como dijo el médico y humanista Albert Schweitzer: "A veces nuestra luz se apaga, pero vuelve a encenderse con la chispa de otra persona". Esto es precisamente lo que busca Farmacia Lagunkoia, encender una luz de apoyo y bienestar para las personas mayores, desde un lugar tan cercano y cotidiano como lo es la farmacia que, en conexión con otros agentes, pueden contribuir a que las comunidades sean más participativas, inclusivas y solidarias.
Texto publicado originalmente en el blog Ciudades y comunidades amigables con las personas mayores del Imserso.
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